miércoles, 11 de julio de 2012

Partida de T3P en el club de rol CD-CROM

El pasado jueves tuve la oportunidad de masterizar una de las partidas que formarán parte de esta segunda beta de Behemot. La tierra de los Tres Pilares. Los participantes fueron seis veteranos del CD - CROM, el club de rol del ETSI de Telecomunicaciones. Jugaron dos menérios, dos salix, un rakk y un perga; una más que interesante combinación de personajes.
La partida tuvo momentos realmente curiosos. Estoy deseando poder continuar.

Uno de los jugadores (el rakk, que juega con el arquetipo de una especie de "viajante espiritual") ha descrito fielmente el desarrollo de la partida en el diario de su personaje. Os dejo con algunos extractos de su relato. Disfrutadlo:

***


Un silencio sepulcral. Yo en la jungla. Gárgolas, rakks y extranjeros
mezclados en una maraña de caras inexpresivas. No parecen más que
peleles apuntando al cielo. Cuando miro, yo también me quedo atónito. Dos
anillos concéntricos girando en el cielo. No hay soportes... Eran de un
material indescriptible.
La ciudad de Medo aparece en el horizonte. El mensaje es claro: tengo que
ir a Setia. Es allí donde mi visión me guía.


Al llegar a la puerta de la ciudad, la visión se hizo increíblemente real, y
retazos de ella eran visibles con ojos abiertos. Allí estaba Medo, la capital
imperial. Por un momento pude ver los anillos girar y girar, pero al
parpadear habían desaparecido.


Oí una voz que preguntaba por la posibilidad de llevar su báculo como
apoyo durante su estancia en la ciudad y reconocí a esa figura claramente.
¡Era uno de los extranjeros que había visto en la visión! A su lado, su
compañera también había estado en la visión. No tuve que esforzarme
mucho por localizar al resto de extranjeros: dos Sálix y un Perga. Ya los
había visto a todos...


Nuestros destinos estaban unidos Por supuesto, no se lo dije así. cuando la gente no
es capaz de ver los hilos que se tejen sobre ellos, es imposible tratar de
mencionarlos siquiera, así que me decanté por contarles que simplemente
los había visto, y que debíamos mantenernos unidos...


Nerón (el perga) y yo entramos a la pirámide escalonada en busca de información. El bibliotecario, un hombre enjuto, anciano y acradable, nos indicó cuál era el pergamino que resolvería parte
de las dudas que teníamos. Al parecer, los círculos concéntricos eran un
artefacto que se llamaba Ojo de Anansi, que protegía del mal, y permitía
el visionado y la manipulación del futuro. Por suerte o por desgracia, ese
artefacto había sido fragmentado, y cada anillo había ido a parar a un
lugar diferente.



Empezaba a anochecer, y, colándonos de nuevo en la ciudad, nos
encaminamos directamente al zigurat en el que Shadi hacía su labor de
general. Decidí subir y tratar de engañarlo. No sólo para sonsacarle dónde
estaban las piezas, sino para tener idea de cómo pensaba utilizarlas y qué
tipo de persona era.
Cuando amenazó con torturarme de la manera más cruel me quedó bastante claro qué tipo de persona era
Además de un diestro guerrero, como mi carne lacerada nota todavía, era
un ser despreciable y no merecía estar siquiera vivo. Sin embargo, esa
maldad le servía también de protección, puesto que cuando intenté
enfrentarlo contra su efigie, ésta estaba tan corrupta que ni siquiera llegó
a materializarse. Por suerte Nerón pateó la puerta y yo me giré en busca
de los pergaminos que indicaban dónde se hallaban las partes del Ojo de
Anansi.



Ahora hemos de decidir qué pieza coger primero: ¿La que está en Méner, oculta en la Habitación de las Catorce Puertas? ¿O en el Yermo Rojo?



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